Las palabras contienen su propia historia. Van cargándose de tiempo y se desgastan... caen, también, en el desuso de la memoria que es la ausencia de lucidez en el habla. Pierden la identidad en ocasiones y dejan durante su paso por el mundo algunos cadáveres cuando se convierten en baúles con demasiado equipaje en su interior.
Son lo que nosotros queremos que sean: palabras.
martes, 28 de junio de 2005
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