viernes, 1 de diciembre de 2006

La poesía erótica del XIX, en el Cuasquías

Este lunes, 4 de diciembre, a las 20.30 h., Antonio Becerra Bolaños abordará una de las producciones menos atendidas de la literatura de las Islas: la expresión erótica en el siglo XIX, si bien tampoco se puede considerar que la centuria sea muy conocida en diversos ámbitos de la creación.

Antonio Becerra es doctor en Filología por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria con una tesis sobre la biobibliografía del doctoral Graciliano Afonso. Ha editado diversos textos del doctoral (Las bragas de San Grifón, la Oda al Teide) y tiene en prensa obras de Rafael Bento y Travieso, y el propio doctoral. Es director de las colecciones Puerto escondido, junto con Bruno Pérez, y Literaturas, ambas de la editorial Anroart. Es guionista de la serie documental Memoria chica y del documental Néstor Álamo, imaginando la historia.

viernes, 10 de noviembre de 2006

'La hoja viajera' de Francisco Lezcano (I)

LA HOJA VIAJERA

EDITIONS UNDERGRAUND Atelier L´Etre Invisible

9 Rue Prospers Estieu – 3eme - 09100 Pamiers - France

Octubre 2006

Estimados amigos:

Después de un largo periplo por el interior de mí mismo, volando en una Hoja Viajera, heme aquí de nuevo en Gran Canaria, contento de haber llegado, pero he tenido la desgracia de posarme al pie de una bandera símbolo de la Pre-Potencia, y de encontrarme con una capital víctima de una plaga de soriasis y de luzarditis amén de otras cuyo estado de corrupción apesta las calles. Y esto que aún nadie ha osado remover los cimientos del sur de las Islas, donde las fortunas han crecido como por arte de magia. No sé si soportaré durante mucho tiempo esta suciedad surrealista disfrazada de progreso, donde el medrar caiga quien caiga es la divisa.

En la época del Generalísimo Francisco Franco, en cuanto te salías de las líneas directrices del sistema “ordeño y mandose te tachaba de comunista o de miembro de una conspiración judeo-masónica. Hoy, cuando te pones del lado de la Oposición, te colocan cínicamente y con la actitud más canalla, el San Benito de Terrorista.

La banderita de marras, que no es sino un gesto de soberbia política, me ha revuelto las tripas hasta el vómito.

Francisco Lezcano-Lezcano

BIEN PASEMOS SOBRE LA GRUESA CACA DE LOS UNOS Y DE LOS OTROS, QUE AL PARECER NINGUNO ES MANCO Y VAYAMOS A LO NUESTRO Y A LOS NUESTROS.










Fotos: Francisco Lezcano-Lezcano.

martes, 7 de noviembre de 2006

Presentación de un nuevo número de Al-harafish

El jueves 9 de noviembre a las 21:00 horas se muestra Al-harafish en la sala Cuasquías, en el Pasaje San Pedro, 2.


Se trata del número 25. La revista, que se ha convertido en una referencia sin casi proponérselo, tiene formato DIN-A 5. La publicación plantea, como ya hiciera en anteriores números, un tema monográfico que articula todas las colaboraciones que en ella se dan. En este caso se trata el tema de los Sentidos.


Este número recoge distintos trabajos literarios y visuales respecto al olfato con la que se cierra la serie iniciada sobre los cinco sentidos, y que concluirá con el número 26 sobre “el sexto sentido”.


La portada ha sido realizada por J. Luis Luzardo y han colaborado en este ejemplar “olfativo”: Alexis Ravelo, Andrea Inocencio, Ángel Sánchez, Antonio Becerra Bolaños, Augusto Vives, Aurora Ramón, Berbel, Dolores Campos-Herrero, Domingo Díaz, Elvireta Escobio, Enrique Cárdenes, Enrique Portero, Félix Hormiga, Franca Dimar, Guillermo Lorenzo, Jero, José L. Luzardo, José Noel Olivares, Luis Sosa, M. Nieves Cáceres, Pedro Déniz y Rosario Valcarcel.

lunes, 6 de noviembre de 2006

Regresamos

Desde hace ya tres semanas, Matasombras sigue convocado a todos los amantes de la literatura. Una presentación de nuevos títulos de la editorial Baile del Sol; una charla sobre el cine canario amateur (yo prefiero aficionado, pero para cada palabro existe una explicación), que dio Boris San Juan y que contó con la proyección de varias películas, y un maratón de microrrelatos, en la que participaron Dolores Campos-Herrero, Luis León Barreto, Santiago Gil y Juan Carlos de Sancho, entre otros, dan fe de que estamos vivos.

Juan Carlos de Sancho, habitual de Matasombras, nos trae este lunes, a las 20.30 h., su visión sobre El Confital y sobre el proceso en el que se encuentra inmerso actualmente. Juan Carlos es autor de un libro sobre el tema con ilustraciones de Lucas de Saá (El Confital. Níngún pájaro vuela donde el aire no existe, Anroart, 2006).

martes, 25 de julio de 2006

Unamuno

Durante el fin de año, una amiga discutía conmigo acerca de la "verdad absoluta" de las afirmaciones en literatura. No hay verdad alguna, venía a decirme, exaltados como estábamos en una noche como aquella, y todo depende de cómo se realice la lectura. Me pareció, y aún me parece, increíble aquella afirmación viniendo de quien venía. Considero, después de haber profundizado en el siglo XIX, que las lecturas cuando son superficiales son cuestionables; en muchas ocasiones, ante la rotundidad de los documentos aportados, difícilmente se podría cuestionar una afirmación.
Todo esto viene a propósito del libro de Bruno Pérez Unamuno. Una interpretación cultural de Canarias, editado por el Cabildo de Gran Canaria, a través de la Casa-Museo Tomás Morales. Hay que agradecer a la institución que hay tenido el valor de sacar a la luz un libro que no dejará de causar polémica, lo que, a mi juicio, es todo un acierto: demuestra que la labor cultural que se está desarrollando no pasa desapercibida y que genera debate.

Creo, además, que el libro es uno de los mejores documentos para mostrar que los estudios culturales insulares están en un inmejorable momento. Se trata de un texto que se convertirá en un referente para quienes quieran acercarse al Unamuno auténtico. Porque, y he ahí el principal problema, en las Islas el escritor no dejó a priori más huella que aquella fotografía junto a los principales intelectuales grancanarios de la época y las composiciones de su libro De Fuerteventura a París.

Bruno Pérez ofrece una lectura que había sido insinuada por otros autores, pero que con esta publicación dota de carácter académico: Unamuno fue escritor canario, porque penetró la realidad de Fuerteventura y construyó su discurso con los elementos propios de la tradición literaria insular, es decir, que acabó asumiendo una tradición ajena como propia.

Lo diremos por activa y por pasiva. Además, Unamuno ejerció una influencia efectiva en la literatura canaria, sobre todo en Agustín Espinosa. Supo ver más allá de los elementos que formaban parte de la realidad de Fuerteventura y, lo que resulta más importante, supo dotar de una mitología conductora la isla. La isla se convirtió en el refugio del caballero de la triste figura, como Lanzarote fue el último refugio del esforzado Lancelot.

Hasta la fecha, no se le ha visto originalidad al texto de Espinosa más que en las Islas y...

Y ése es tal vez el gran problema de estas Islas, que sólo poseen valor en tanto el otro nos lo concede. De ahí que opte por obviar, y creo que muchos deberían comenzar a hacerlo, aquella famosa afirmación de Juan Manuel Trujillo y comenzar a trabajar sin tener en cuenta críticas infundadas...

domingo, 25 de junio de 2006

Propuesta de viaje

Construimos la realidad a partir de variados elementos que encontramos en nuestro camino hacia la muerte, y ese camino es el único que no perdemos de vista: las señales van apareciendo constantemente y éstas nos advierten de nuestra efímera residencia en la tierra. Se trata –la construcción de la realidad— de un ejercicio en el que todo se pone en juego: la memoria acude a nuestro auxilio para dar testimonio de lo que somos y de lo que fuimos y de lo que vamos siendo mientras. En el camino andado va desapareciendo aquello con lo que nos identificábamos –el paisaje en el que permanecíamos durante un tiempo— y van apareciendo otras cosas, ajenas, que pueden o no incorporarse a nuestra experiencia.

Entre el lugar y más allá, de Eugenio Padorno (2005), supone una interrogación acerca de cómo se construye la realidad y cómo ella es compartida con el otro. Es decir, en el libro se habla de la "experiencia".

El poeta, que no ha dejado de interrogarse a lo largo de estos años, entreteje un relato que se extiende desde –entre— la fotografía que abre el libro –un fragmento de la realidad, la playa de Las Canteras hace, tal vez, cincuenta años— hasta –y— la fotografía de cierre –el poeta, en un momento de la niñez. El relato, hecho a partir de retazos, es una deriva en la que presenciamos una existencia auténtica –única— que percibimos en los memorables relatos de algunos grandes libros. En ellos se nos presentan cuadros únicos en los que se vivifican las palabras para ofrecernos algo más allá de su propio contenido. Las palabras cobran vida para desentrañar el ser que podemos percibir en estas páginas.

Advertimos, por tanto, en la escritura del texto de Padorno, como ha ido mostrando en estos últimos tiempos, una suerte de inventario en el que se han ido abandonado las razones del género literario –la poesía, la prosa— para únicamente ser. Se halla tan presente el tiempo en su escritura que se convierte en la razón de su ejercicio poético, que se nutre de la experiencia, de la reflexión filosófica y del ensayo.
Y este ejercicio poético nos "dice", como nos dicen las "cosas" que nos acompañaron durante algún tiempo, de lo oculto, de aquello que fuimos perdiendo y que tratamos de regresar hasta este tiempo en que tomamos conciencia del camino recorrido. El propio poeta lo señala: el poeta es un exiliado de la creación. De ese exilio, de la narración de ese exilio que supone el vivir, trata este libro. Pero el poeta, como el hombre, no sólo es exiliado de la creación, sino de la propia vida. El hombre es expulsado del paraíso que es la infancia y que procuramos reencontrar toda la vida. La relación que establecemos con las cosas durante la infancia tiene un carácter mágico, como la relación que establece el poeta con el mundo: los elementos de que se compone no sólo poseen un carácter esencial.

Entre el lugar y más allá seguido de un Excurso nos ofrece una definición del ser en la isla, que se nos ofrece cual Prometeo encadenado... con todo, sería ésta una simple lectura del libro. Y es que entramos, una vez más, en el juego de la propia vida. Y el poeta es el alquimista que trata de convertir las palabras en la propia vida; que ellas sean por sí mismas las cosas vividas. Cada objeto que aparece en el libro ofrece dos planos: el de la posibilidad de su existencia o el de la realidad de su existencia. En el juego de la vida, aparecen varios caminos, de las que tan sólo podremos escoger uno.

Leemos el paisaje –el paisaje es nuestra construcción— desde la sensibilidad que nos proporcionan el recuerdo de lo vivido, la cultura y la curiosidad de lo por vivir. Se trata de una interrogación permanente en el que se pone en juego la memoria. Y en la misma memoria están presentes todas las muertes, todas las vidas.



Eugenio Padorno: Entre el lugar y más allá, Anroart Ediciones, 2005. Colección Puerto Escondido

sábado, 25 de marzo de 2006

Los compromisos

Me preocupa la labor que podemos estar desempeñando en favor de la difusión de la literatura canaria nosotros, unos pocos... Después de tantos años, vuelven a repetirse las mismas frases; los mismos argumentos... y uno ha de callar o tratar de rebatir algo que para nosotros está claro. De ahí que haya optado por dejar las cosas como están. Trabajar significa ocuparse, no preocuparse. Quien se dedica a lo segundo pierde el tiempo.
Hay, sin embargo, algo que comienza a preocuparme más hondamente: es el aburguesamiento de muchos de los intelectuales que dicen defender la literatura de las islas. Hay cierto desprecio hacia el lector común e, incluso, a quien no lee, a los que se ningunea. Muchos pretenden hacer alta literatura cuando de lo que se trata es de hacer literatura.
Tal vez el problema es que no puede hacer literatura sin lectores. Antes tal vez se podía... hoy, intentar defender la idea de una comunidad sin la propia comunidad resulta, cuanto menos, sonrojante.
Y así andamos... escribiendo siempre con medias palabras y convirtiendo la diplomacia en el peor de los vasallajes.
Siempre he creído que desde el rigor, sin necesidad de caer en la descalificación y sin enfrentamientos innecesarios, se puede hacer mucho por esta "culturita" nuestra.